Los Secretos de Medusa

Había quedado con Adry a las 5 en el bar que hay en frente de la oficina donde trabajamos, yo ya llegaba tarde, me retrasaron unos papeles de última hora y seguro que Adry estaba muy cabreada a causa de mi retraso.
Entré corriendo en el bar, llegaba media hora tarde, observé todas las mesas de la estancia hasta encontrar a Adry, estaba sentada con cara de mal humor, me acerqué a ella.
- ¡Rubén!¿Por qué has tardado tanto? Llevo media hora esperándote.
- Tuve una serie de problemas en el trabajo con unos papeles, pero todo solucionado.
- Para otra vez avísame, que ya estaba preocupada.
- Vale, pero perdí un poco la noción del tiempo, lo siento, no volverá a pasar, lo prometo.
- Más te vale, y pide otro café que el que te pedí ya está frío.
- Vale.
Justo cuando me iba a levantar reparé en una persona que acababa de entrar por la puerta. Me resultó muy familiar pero no recordaba de qué la conocía. Era una chica delgada, con el pelo rubio
y no muy alta, seguida de ella entró un niño más o menos de diez años de edad. Me volví a sentar y le pregunté a Adry:
- Adry, ¿a ti no te suena mucho esa chica?
- ¿Cúal?
- La que acaba de entrar con un niño pequeño y se sentó en la primera mesa.
- Sí, si que me suena ¿pero de qué?
Y en ese preciso momento se me iluminó la mente, ya la había reconocido, habían pasado tantos años que me parecía increíble que la volviese a ver.
- Ya sé quién es.
- ¿Quién?
- ¿Enserio que no la reconoces?
- Ahora mismo no caigo en quién es.
- Te voy a dar una pista: los secretos de medusa.
- ¡ No puede ser ella !
- Pues créetelo porque sí que lo es.
- Vamos a hablar con ella, después de tantos años, qué recuerdos.
Los dos nos levantamos emocionados y nos diriguimos hacia la mesa que habían ocupado la madre y su hijo.
- ¡ Taniaa!- Gritó Adry abrazándola.
- ¿Pero quienes sois vosotros?
- ¿No te acuerdas?
- Espera, vosotros dos sois... ¿Rubén y Adriana?
- Síí, exacto.- Le dije yo.
- Dios mío cuánto tiempo sin veros chicos, cuántos recuerdos me viene ahora a la cabeza, en el año 2008 cuando os daba clase de Cultura.
- Tania, ¿tienes un hijo?- Pregunté yo sin acabar de creerme que nos hayamos encontrado con ella después de tanto tiempo.
- Si, se llama Brais, tiene diez años.- Dijo la profesora mirando hacia su hijo.
- Que lindo es. -Dijo Adry cariñosamente.
- Ojalá que un día podamos juntarnos todos los de la clase, tengo ganas de veros.- Dijo Tania.
- Ese año nos unió mucho a todos.- Añadí.
- Si, fue un año muy especial, mirad lo que llevo siempre conmigo, aunque ya está muy viejo.- Tania sacó de su bolso un libro de tamaño pequeño, con las tapas azules y el título escrito en blanco Los Secretos de Medusa.
Adry y yo nos miramos sorprendidos al ver el libro, no sabíamos que Tania aún lo conservase.
- ¿Tienes el libro que escribimos todos al acabar el curso?- Preguntó Adry asombrada.
- Si, es un tesoro muy especial para mi, aquí está escrito todo lo que pasamos juntos.
- ...Y el significado de Secretos de Medusa.- Dije yo empezando a recordarlo.
- Ese nombre es el espejo por donde observamos lo que llevamos más dentro de nosotros mismos, es un espejo que refleja nuestra alma, todo lo que somos y ese nombre nos lo pusiste tú, Tania .- Explicó enseguida Adry.
- Vaya Adriana te acuerdas muy bien de eso. - Se asombró la profesora.
- Eso nunca lo olvidaré, y creo que ninguno de los que estábamos en esa clase lo pudo olvidar jamás.
Nos despedimos de ella muy contentos de volver a verla, quedamos para otro día y contarnos nuestra historia desde donde la dejamos aquel cuerso del 2008.

No se lo había dicho a nadie, pero a partir de ahí aprendí a ver el interior de cada persona, lo más especial que hace única e irrepetible a la gente, aprendí a ver el alma.


Rubén.