-Apeles, Alejandro Magno, nuestro rey, quiere que te presentes ante su presencia en veinte minutos.- Dijo alguien detrás de la puerta de mi habitación.
Estoy harto de ese mayordomo, siempre me tiene que despertar en la mejor parte de mis sueños, pero bueno, que todo sea por las urgencias del rey. Me preparé rápidamente y salí de mi habitación en dirección a la gran cámara de Alejandro Magno. Por el camino me volví a fijar en los cuadros que estaban colgados en el extenso pasillo.
Las esculturas eran policromadas, es decir, el color de la piedra quedaba oculto, ese arte siempre me fascinó pero lo mío son más los cuadros y la pintura, como el que estoy haciendo ahora que se titulará: Venus Anadiómena
Finalmente llegué ante la puerta del rey. Llamé suavemente y el mayordomo Anastafasio (no se de dónde sacaron sus padres ese nombre, yo no digo nada...), me abrió con cara de malas pulgas.
-Llegas cinco minutos tarde, Apeles. Y eso a nuestro rey no le entusiasma demasiado.
- Lo sé pero me he enredado por el pasillo, lo siento.
Odio tener que pedir perdón a éste que se las trae con aires de superioridad hacia mi siempre.
-¿Quién es Anastafasio?- Preguntó Alejandro Magno levantándose de su trono.
- Es Apeles señor.
- Ah, bien, bien, déjalo pasar. Muy buenos días Apeles te estaba esperando.
- Buenos días señor, deseaba hablar conmigo, ¿no es así?
-Así es sí, quería comentarte que los romanos han creado una nueva decoración, la cual pretende sugerir el recubrimiento de las paredes con placas de mármol, para imitar así los palacios, a otra en la que el ilusionismo no tiene límites, y se crean ambientes a los que se incorporan paneles, falsas galerías y escenas con figuras.
- Pero señor, nosotros hemos desarrollado otras técnicas de pintura y decoración.
- Lo sé, pero quiero imitarlos y crear nuevas formas de expresión artística, tanto en cuadros como en decoraciones.
- Bueno señor, trabajaré más en mis obras.
- Muy bien, Apeles, llamaré a Anastafasio para que te ayude en lo que te haga falta.
- No, no hace falta, me las apañaré yo sólo, no os preocupéis.
- Como quieras.
- Con permiso señor.
-Adiós Apeles.
Menos mal que no me cargó a ese criado, por un momento pensé que lo haría y lo tendría detrás mía todo el día. Ahora intentaré acabar mi cuadro y más tarde me pondré a trabajar en nuevas técnicas decorativas que sorprenderán a mi rey, a los romanos y al resto del mundo. Aunque también estoy pensando el tema de mi próximo cuadro, creo que lo haré sobre mitología como el de Pompeya,
Rubén.
1 comentario:
Muy original, pero parece que le falta algo para que no nos perdamos. De todos modos no te preocupes, está muy bien.
Supongo que es el trabajo del tema 12, es que no lo has registrado en mi libreta. Tania
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